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En este atribulado mundo, es poco lo que conmueve en el quehacer noticioso, el martes 20 de abril, por robarle el medio de subsistencia y transporte, le quitaron la vida a José Rafael Jhonatan Calderón Lacruz (Timotes), un muchacho que definitivamente no era de este mundo. Lo conocí cinco años atrás cuando le di clases, fue mi mano derecha durante su estadía en la granja. Aunque egreso de la institución siempre se mantenía en contacto con todos, cuando pasaba en su cacharrito (como él llamaba a su moto), se paraba saludaba y daba cuenta de cómo estaban sus estudios en el tecnológico, cuando tenía un trabajo pedía orientación para salir bien en el IUTE, nos hablaba del cultivo, plagas y malezas que le atacaban, de los precios, de las ganancias que esperaba, y lo que quería comprar o ya había comprado para ayudar a su familia. El también en horas nocturnas trabajaba como vigilante eventual en una escuela porque necesitaba más platica. Rafael aunque era un estudiante de avanzada, también era excelente cultivador de hortalizas, un vigilante ocasional y un excelente amigo pa´lo que sea, como solía decir; su medio de transporte era una simple moto para ir desde El Valle, a Ejido, a la gobernación y a su casa en San Jacinto. Fue allí donde unas manos asesinas al amparo de la impunidad le arrebataron la vida, para quitarle su cacharrito. Timotes dejas un vacio muy grande en tu familia, un buen recuerdo quienes te conocimos, ve adelante llévale a Dios, tus chistes y elocuencias, muéstrale a él tu ahínco y preocupación por el barbecho, por el proyecto y trabajo que tenias que presentar, pero exígele que su justicia divina caiga sobre los malhechores que te despojaron de esta vida, que su infinita misericordia ayude a su mamá y a Carolay conseguir consuelo por tu desaparición física. Que descanses en paz, hasta luego amigo…